martes, 30 de diciembre de 2014

¿La estupidez no mata?

Hoy se cumplen 10 años.
Creo que llovía, la verdad no me acuerdo. sí me acuerdo que estaba en el mismo lugar donde estoy escribiendo ahora, mirando televisión. Creo que ya iba a apagar, cuando vi que se había quemado un lugar donde tocaban bandas y había muerto gente. Obviamente no se sabía mucho más que eso. Recuerdo haber pensado "Uh, van a estar bastante con esto". Y 10 años después estoy acá escribiendo.
Escribo seguramente porque fue gente de mi edad, y un par de años después me tocó a mí recorrer antros. No fueron muchos, iba a ver a la banda de unos compañeros. Eran buenos, pero eran nuevos, y como tales tenían que pagar derecho de piso y pasaron por lugares chotos. Me tocó por ejemplo estar a la hora citada y encontrarme con que habían clausurado el local, que no era más que una parrilla en la que a la noche tocaban bandas (hoy lo demolieron), ver a un rollinga con una bandera pegarle a un tubo fluorescente justo arriba del público, ver bandas excelentes, ver bandas malísimas cuyos nombres todavía sobreviven en alguna pared de mi barrio, ver pogos, ver a chicas vendiendo entradas en la puerta porque no llegaban a juntar la plata, enterarme después que les sacaron un bajo por no haberla juntado, en fin, vi mucho. Y estaba buenísimo.
Escribo porque me interesa la música, y los caminos que hacen que tal o cual banda llegue a ser más o menos conocida son horrendos, y estos mismos caminos nos cagaron la música. Hoy, por suerte, tenemos algo más, cualquiera puede subir un video a youtube, o su música para el que quiera escucharla. pero todavía falta algo.



También escribo porque tengo una opinión con respecto a lo que pasó, la cual no es compartida con mucha gente, lo cual está bien. Lo que no está bien son las razones que esbozan algunos. Lo que no está bien es que el gusto por el trabajo de alguien haga tan pelotuda a la gente, al punto de dejar pasar un montón de cosas.

Pero vamos a hacer un repaso de lo que pasó.
Era una noche como esta. Una banda que estaba saliendo del under tocaba en el local de uno de los tipos más influyentes de la escena. Colmaron el lugar, se sobrepasó muy ampliamente la capacidad. El lugar, además, había puesto una media sombra en el techo para mejorar el sonido, lo cual es MUY ilegal, obviamente por el peligro que conlleva. El dueño, conciente de esto, le pide al público que no tire bengalas. Ah, porque la banda se caracterizaba por el hecho de que los que los iban a ver solían tirar bengalas, entre otra pirotecnia. En lugares cerrados. Muy sobrepasados en capacidad. La masa es estúpida. Los fanatismos aceleran esa estupidez. La estupidez mata.
Durante el primer tema, alguien cumplió con el rito, y 192 personas fueron sacrificadas al dios del fanatismo, la codicia y la estupidez. Un par de días después alguno se suicidaría.

Creo que todos acordamos en que el dueño del lugar es responsable. Que los inspectores mínimamente fueron negligentes, y que el Estado falló.

Eso no lo voy a discutir acá porque, justamente, todos estamos mas o menos de acuerdo en eso. Los responsables tuvieron su condena, justa o no, activa o no, recordada u olvidada, pero tuvieron condena.
Si algo aprendí estudiando conflictos ambientales es que un privado puede pretender hacer lo que se le cante: dinamitar una montaña, hacer aludes a la gente que vive río abajo, actuar como si el 97% de la comunidad científica esté equivocada, todo lo que quieras. Pero tiene que haber un Estado que, en representación del pueblo, los pare.
Acá, el dueño del lugar y la banda son los privados en busca de lucro. Y, como en los conflictos que me tocó estudiar, compraron al Estado. Y cagó la gente.

Tomémonos un tiempo para hablar por ejemplo del imbécil de la bengala, que si no hubiese sido ese hubiese sido otro, pero que nadie buscó, porque es más fácil culpar al sistema.
Y, por supuesto, la banda. Sí, la cosa estaba así en el momento no solamente para ellos, pero ellos son los que se vanagloriaban de que estaba lleno de bengalas. Un testigo, luego amenazado de muerte, dijo que ellos mismos se encargaban de que entre la pirotecnia. No era la primera vez que tocaban, no era la primera vez que tocaban para ese público y no era la primera vez que tocaban para ese público en ese lugar. Hasta la estupidez de esta gente tiene un límite, y  no les costaba nada darse cuenta de que alguien se podía morir ahí. Y esa gente que se podía morir iba a verlos a ellos.
Pero no, supuestamente ellos no tienen nada que ver. Porque la música no mata, y no fue la bengala la que ocasionó el incendio. Que si bla bla bla hubiera muerto mucha menos gente. Si nadie hubiese prendido una bengala en un lugar cerrado abajo de una media sombra no se hubiese muerto nadie. Y si la misma banda no hubiese propiciado (o si se hubieran molestado en decirles que no lleven desde un principio) su uso, hoy nada hubiese pasado.
Y no sé cómo ponerlo, pero me saca la idiotez. Me saca el hecho de que son inocentes porque a la gente le gusta lo que hacían. A mí me gusta el trabajo de Roger Waters, pero el tipo es un imbécil. Me gusta el trabajo de Dalí, pero debe haber sido un tipo de mierda. Odio gran parte del trabajo de Liniers, pero al parecer es un muy buen tipo. No entiendo, te juro, no entiendo cómo alguien que pudo haber evitado fácilmente la muerte de mucha gente cercana a vos te es símbolo de adoración. Porque cualquiera que se haya subido a un escenario, o haya estado lo suficientemente cerca de uno, sabe que uno está ahí arriba para generar cosas en los que están abajo. Y si lo que generás es eso, algo de responsabilidad te cabe. No toda. No a vos solo. Pero te cabe. Y si lucrabas con eso, te cabe más todavía. Se creen inocentes, pero no lo son. Y creo que en el fondo lo saben. Van a tener que lidiar con esto toda su vida. Y no lo llamen karma, llámenlo estupidez.

Pero no se olviden, y esto se los pido, que este 30 de diciembre recuerden, para bajar las probabilidades de que pase de vuelta, que esto no es más que un eco de cómo funciona el mundo: gente haciendo plata, y gente muriéndose, muchas veces defiendiendo a los lucrantes.

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