lunes, 29 de abril de 2013

Quedan los artistas

No importa cómo, un día empecé a tocar la guitarra. Y esa parte de mi vida coincidió mas o menos con un momento en el que descubrí que la música no tenía que ser popular para ser buena, que muchas veces tales cosas eran antagónicas. Pero eso quedará para otro post.
Parte de este proceso de descubrimientos musicales y saber cómo interpretar seguramente habrán hecho que piense en vivir de eso. No les voy a mentir, me hubiera gustado. Pero más allá de no tener el talento, la suerte ni la dedicación necesarias para eso, hay algo más interesante, o por lo menos algo que había pasado por alto hasta ahora.
En realidad no sé si será aplicable a mí, yo hubiese sido un escritor de protesta o algo así (vamos, siempre hay algo de lo que quejarse). El problema en ese caso sería que no tengo las ideas tan afianzadas, y que mañana puedo convencerme de algo que hoy me parece una estupidez o que simplemente no había pensado de esa manera. Además prefiero mil veces explicar las cosas detalladamente con argumentos que escribir un estribillo pegadizo que haga que a la gente se le pegue mi idea y la diga creyendo que es profunda pero sin haberse puesto a pensar el sentido que tiene eso. Muchos lo pueden hacer bien, hay letras muy buenas allá afuera. Pero también hay muchos de esos estribilleros.
Pero me estoy alejando de lo que quería decir, y seguramente quedará como un tema secundario del post, pero bueno, qué le vamos a hacer. Yo quería hablar de las canciones de amor. Sí, esos temas melosos que inundan todas las radios. "Todos los temas hablan de eso" dice Patrick Lavelle. No estoy en contra de que se escriban, si quieren canalizar lo que sienten por ese lado bueh. Lo que no me imagino haciendo y no entiendo cómo muchos otros hacen es vender eso. Está bien, es su forma de vida y todo eso, pero no sé si da venderlo.
Incluso es más entendible que inventen, que escriban sin sentir, solamente porque queda bonito y alguno va a quedar enganchado. Pero eso también es ir en contra de los que sienten algo en serio, porque la melosidad se puede aumentar todo lo que uno quiera si se inventa, haciendo quedar menor lo verdadero.
Pero bueno, es cuestión de mercado. Así de bajo hemos caído.

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